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domingo, junio 17, 2007

Aprendiendo a Perdonar


Perdonar, simplemente perdonar, resulta difícil y mas aun en un mundo fascinado por películas en las que la venganza es fuertemente aplaudida y hasta incentivada.
El héroe es aquel que supo prepararse, y volvió para vengarse, un héroe que fue débil en un momento, el momento en el que un cruel villano asesino a sus padres, o quemo su casa y su poblado, o que simplemente lo humillo.
En fin, después de una larga preparación y experiencias el héroe retorna sediento de venganza, y al final de la película el héroe se marcha tranquilo y en paz mientras el malvado y todo su clan están muertos, muchas veces a la escena le acompaña un incendio, una explosión, varios carros destruidos, etc.
Bueno, esta bien, se vengo de una injusticia, le dio “su merecido” a un cruel asesino, mafioso, lunático, etc. Esta bien? Y el público se retira del cine contento y satisfecho.
Pero en la vida real, la pregunta que nace es “hasta donde sabemos cuando es justo o injusto perdonar?” En la vida real somos el héroe o en realidad somos el malvado? Que vale mas? perdonar y olvidar o buscar la manera de “darle su merecido”?.
Casi solemos perdonar los errores de los seres que amamos fácilmente, nos excusamos con el gran amor que tenemos “lo hiso sin querer, fue por el momento, aun me ama, etc” pero no aguantamos una mirada “extraña” de alguien ajeno, mas aun de un enemigo. Si observamos la vida real veremos muchos casos de personas cuyo rencor creció tanto que se convirtió en una guerra. Seamos honestos, duele pedir perdón y duele perdonar.
Hace poco conocí a una fantástica muchacha, esta mi amiga almorzaba conmigo un día cuando me conto una parte de su vida que yo desconocía, me conto como fue abusada sexualmente por su tio cuando aun era una niña pero que ella guardo el secreto por temor. Cuando fue adolecente se marcho de su ciudad para estudiar en otra. Le costo mucho olvidar, de hecho muchas noches tubo pesadillas de su niñez, hasta que un día decidió comenzar a rezar hasta que una noche se soñó con Dios y de como El prácticamente eliminaba sus pesadillas, fue después de aquel dia que ella nunca mas volvió a tener pesadillas y créalo o no ella decidió perdonar a su tio.
Hace poco ella retorno a su ciudad después de muchos años, y me conto que cuando llego a su ciudad su tio agonizaba en el hospital con cáncer. Fue a visitarlo junto a sus padres, lo encontró tendido en la cama con varios tubos, infusiones y otros aparatos médicos que lo ayudaban a respirar. Parecía aun mas viejo de lo que realmente era, sus manos parecían las de un esqueleto pero levanto los ojos para mirar a la familia que ingresaba a su dormitorio. Como si el destino lo guiara, los padres de la muchacha se excusaron un momento por un problema a arreglar y de pronto la muchacha y el moribundo se encontraron solos en la habitación, solo que esta vez el era el vulnerable y ella podía ser el “héroe” que sin mucho esfuerzo le quitara la vida al moribundo, solo bastaba apretar un botón y el oxigeno le seria eliminado al desgraciado, solo un botón y la venganza se daría como en las películas. El hombre la miro, sus ojos derramaban lagrimas, casi no podía hablar pero si alcanzo a decir una palabra, solo una palabra, el le dijo: “perdóname”. La muchacha lo vio, se inclino hacia el para que pueda escucharla y le dijo “Dios me enseñó a perdonarte, hace muchos años”.
Su historia me llevo a escribir este articulo, es una historia real créalo o no. La verdad es que solo se que un único camino existe al perdón y es el que es guiado por Dios, lamento no poder esta vez encontrar una explicación científica, o filosófica, para aquel que no cree en Dios no se que camino tomar, pues solo se y creo que El es el único camino al perdón.
Bueno terminamos de almorzar mi amiga y yo aquel dia, y ella se despidió pues se marchaba a otra isla a una ciudad llamada Ambon en Indonesia. La verdad es que para mi ella paso a ser mi heroína, mas que aquel héroe de las películas que se marcha con la explosión por detrás pero aquella que perdonó y olvido dejando el resto en las manos de Dios, ella era una heroína una que no se vengo, de hecho una que se diferencio totalmente del villano, no tiene nada en común con el malvado, ella es lo opuesto, ella es… mi heroína.

1 comentario:

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Héroes... últimamente ese título va y viene en mi cabeza... un poco por la serie televisiva que están dando, que no sé si realmente debe llevar ese nombre... porque son gente con poderes extraordinarios, lo que comunmente se llaman "superhéroes", en fin, "de película". Pero hace poquito escribí sobre otros héroes, esos que se sobreponen a la adversidad, que caminan el camino de la vida aprendiendo y superando temores... y esos son mis héroes, personas comunes que de golpe son capaces de salir del closet, por ejemplo, que se juegan al decirle a alguien que lo aman, que van a trabajar aún enfermos porque deben cuidar de una familia... y claro que tenés razón, perdonar es un acto heróico... y pedir perdón también, pues el riesgo de ser rechazados es enorme, mas... si hemos pedido perdón de corazón... el tiempo se encargará de sanar la herida más allá de si hemos sido perdonados. Creo en Dios y creo que Dios te da esa llama permanente que a veces se enciende por demás, pero nunca se apaga y allí reside la fuerza para perdonar, perdonarse y pedir perdón...
Aquel que no cree en Dios, la llama también la tiene, sólo es cuestión de que sepa que allí está... y actúe en consecuencia...

Creo que ésta no ha sido tu primer visita a mi hoguera... y aquí vengo a conocerte yo a vos... espero que vuelvas pronto y... ¡me encantaría hacer contacto con vos!

Un beso grande desde el sur del mundo!